martes, 8 de enero de 2013

Revelation II

Creo que acabo de entender todo un poco más... A veces no hace falta más que salirse "fuera" y dejar de pensar en algo para que la bombillita se encienda. Los caminos del inconsciente son inescrutables...

Se nos ha fundido un fluorescente en la habitación (bonita metáfora, a colación de la bombilla y las ideas), y mi siempre-dispuesto-a-ayudar compañero ha llamado al servicio técnico para que lo arreglen (siempre es mejor usar las palabras técnicas en la lengua materna que en un chapurreo hispano-inglés-holandés, en el que igual les digo que my tailor is rich and my mother is in the kitchen). Un holandés bonachón ha venido unas horas más tarde con su escalera y su traje corporativo y me ha RE-conocido de cuando estaba en el otro departamento y me puso una pizarra Veleda. Pues fíjese oiga, que hemos tenido una agradable conversación, que sus suegros veranean en Benicássim (el Aquaraaama, la aventura te llamaaaa!, reminiscencias de la infancia...), que en diciembre hay 20-25 grados, que vaya, que qué tal me iba, qué hacía ahora... Vamos, que me he sentido en la frutería de al lado de la clínica en un momento, o cuando llegas a los pueblos, con sus tres preguntas básicas: cuándo has venido, cuánto te quedas, cuándo te vas? Y que qué bien, qué alegría verte, ay, oiga... Vamos, que le ha faltao plantarme dos besos al despedirse (¡a tanto no vamos a llegar a em/simpatizar en esta cultura!). Total, que al final encima no ha podido arreglarlo porque es un tema de conducción (cuando me pongo, entiendo cosas que yo misma me sorprendo... ¡viva el lenguaje corporal!)

Segundos después he salido de la habitación y, en esto que tu cabeza está aún pensando en las patadas que le he dado al lenguaje de la Reina Juliana (que harían que la pobre mujer levantase la cabeza) y ha sido cuando la bombillita que no ha podido arreglar el bonachón del crudito, se me ha encendido...

¿Puede ser que la vida que llevo en este país, que es cierto que es frío de por sí, y más aún al vivir en el norte, junte dos mundos que son muy competitivos (asquerosamente) y que por ello... como que no me "encuentre"?

Mundo I: Doctorado... Creo que no es un tema únicamente holandés, ya que hay unos libritos muy majos y hasta han sacado una película. Deberían añadir una especie de cláusula al firmar el contrato de doctorando: "Cualquier parecido con los comics de PhD no es pura coincidencia. Para sentirse más arropado y no flipar en colores con las cosas que le pasen en el día a día, adquiera uno (o varios) de los ejemplares o visite la página www.phdcomics.com."
PhD comics... ¡Cuán identificada!!
Mundo II: Escalada... en rocódromo. A ver quién la tiene más... fuerte. Vamos a ver si nada más verte te cuento todas las vías que he hecho, sobre todo si te he visto morder el polvo con anterioridad, y ya de paso, cuando te caes en una vía "n" veces más 1, pues ya si eso me río de tí en tu cara. ¡Ah! Y si se te ocurre probar una vía y no me apetece asegurarte mucho, te bajo y te digo que es que era muy difícil para ti (todo esto es verídico, y me ha pasado, palabrita del niño Jesús). Ah, y si haces una vía considerada como "dura", ya se encargarán de decirte que es "soft" para el grado... Que sí, que los que leáis esto del mundo escalatorio no sólo en rocódromo diréis... "¿y esto no es el día a día de la escalada?" Mi respuesta es que sí, pero cuando escalo en roca, elijo con quién voy, y generalmente, el número de gilipollas por metro cuadrado  es bastante menor que en una sala en la que estamos todos probando las mismas vías. La estadística es así, menos volumen, mismo número de gente, número de gilipollas por volumen aumenta. Matemática pura. Si te vas a Margalef, Siurana, Rodellar... siempre habrá alguno (mismo caso de estadística), pero las probabilidades de que te encuentres a los mismos todos los días, es menor. Eso sí, Murphy también puede estar presente: si hay un subnormal ese día escalando, irá a probar la vía que querías tú. Reglas mundialmente conocidas, como diría Manolito Gafotas, científicos de todo el mundo han intentado comprobar esta hipótesis... 

Bjoeks, donde la proporción gilipollas/cm2 es increíblemente alta
Por otro lado, uniendo ambos mundos, competitivos, sin apenas activación del sistema de recompensa, está claro que puedes pensar... ¡Pues no te unas a los subnormales/gilipollas! ¡Ayyy, querida amiga de la noche! El problema es que esto es como el traje negro de Spiderman, que te va atrapando por dentro, te va reconcomiendo, y al final, ni técnicas psicológicas, ni control de las emociones, ni nada... ¡¡¡Te mina!!! ¡Con la de gente maja que hay alrededor, que también se quejan de los mismo...! Hay días que no me sirven de nada las frases de: escalas para ti, no tienes que demostrar nada a nadie, la única lucha es contigo misma... (aplicables al doctorado, a las clases...) Sí, sí, teóricamente perfectas, y aplicables sobre todo en ambiente amigable... peeero, cuando aumenta la densidad de gilipollas por metro cuadrado entramos en un tema de saturación (principio básico de osmolaridad y osmolalidad en química) y lo que ocurre es que hay un precipitado (igual a, te vas al suelo).

La reflexión acaba en lo mismo de siempre: Rousseau vs Hobbes: El hombre es bueno por naturaleza, y Holanda le corrompe, o El hombre es un lobo para el hombre, y ¿Holanda lo empeora (más)??